Cómo describirías el proceso creativo detrás de tus libros, especialmente «El verano que nos cambió» y «La chica de la mesa cuatro»?
Creo que fue diferente en cada uno. Mi libro de reflexiones «La chica de la mesa cuatro» está formado por escritos breves, por lo que se asemeja más a lo que escribo en mis notas del móvil, en mis redes sociales, son las ideas que me rondan por la cabeza cada día. Es más emocional, más pasional o impulsivo. Sin embargo, la novela «El verano que nos cambió» implicó mucho más tiempo, más cuidado con los detalles, la personalidad de los personajes y su evolución a lo largo del libro implica más previsión, una estructura, un plan. Pese a sus diferencias, disfruté mucho de ambos procesos y, sobre la marcha, fui cambiando de opinión sobre algunos detalles que había decidido. Siempre soy flexible, me inspiro en quienes me rodean y trato de retarme cuando se trata de escribir temas sobre los que no estoy tan acostumbrada.
Tu sección «Confesiones de una treintañera» ha resonado profundamente con tu audiencia. ¿Qué te inspiró para comenzar esta serie y qué crees que la hace tan relatable para tus seguidores?
Esta sección se basa en una serie de reflexiones más personales, que tocan temas un poco más controvertidos. Quería poner un título a la sección para diferenciarla del resto de las reflexiones y se me ocurrió «Confesiones de una treintañera» porque trato temas de conversación habituales a esa edad, aunque realmente todos podemos sentirnos identificados con ellas. Creo que logra conectar con los lectores porque son temas que nos afectan, que nos remueven, temas que necesitan ser debatidos esté o no de acuerdo el lector con mi opinión. Necesitamos espacios en los que debatir de forma sana sobre las cosas que nos importan.

Con una comunidad tan fuerte en Instagram y Facebook, ¿cómo mantienes la autenticidad y la conexión con tus seguidores en un mundo tan saturado de contenido?
Es una buena pregunta, y es difícil. Sé que cada vez hay más creadores de contenido y que muchos de ellos se sienten frustrados y agotados por las redes sociales, al fin y al cabo son muchas horas y a veces los algoritmos no son agradecidos. Los comprendo y yo también me he sentido así en alguna ocasión. Así que, cuando ha sido así, he preferido desconectar unos días y recordar por qué lo hago. Eso me ha permitido seguir compartiendo contenido con el que me siento cómoda, seguir escribiendo sobre temas que me importan, responder con entusiasmo a los mensajes, y disfrutar del proceso aunque a veces caigan los likes o no suban con los seguidores. Cuando pierdes la ilusión y lo haces como obligación, con desidia, también pierdes la creatividad y la autenticidad.
Has tenido la oportunidad de firmar en la feria del libro de Madrid y pronto en Valencia. ¿Qué significan estos eventos para ti como autora y cómo los aprovechas para conectar con tus lectores?
Para mí significan muchísimo. Siempre voy con el miedo de que no se presente nadie y me quede sola en el stand durante la firma, y cualquiera que haya ido a verme puede confirmar que me hace mucha ilusión cada visita, que me encanta hablar con los lectores (me pongo nerviosa y digo cosas raras), y me siento muy agradecida por que cualquiera de ellos dedique parte de su tiempo en verme y leer mis libros. ¡A mí se me hace corto!
¿Puedes compartir con nosotros alguna anécdota divertida o memorable que hayas experimentado mientras interactuabas con tu comunidad en redes sociales?
Siempre procuro contestar a todos los mensajes, aunque haya días en los que es más complicado por falta de tiempo, y van surgiendo pequeñas anécdotas divertidas. Una de mis secciones de stories es la «Sección de noticias random» y me hace mucha gracia cuando se acuerdan de mí al ver noticias divertidas o extrañas y me las mandan para que las publique. También los memes de Julio dieron mucho juego y me enviaron muchos buenísimos. Al final, en el día a día, me divierto con nuestras conversaciones, como cuando me envían sus opiniones sobre mis libros, especialmente la novela, que da mucho que hablar.

Como escritora y bloguera, ¿cómo encuentras el equilibrio entre tu vida personal y tu presencia en línea, especialmente considerando la naturaleza exigente de las redes sociales?
Es un equilibrio complicado y creo que está muy relacionado con una pregunta anterior. Al final, la escritura para mí es un hobby y no una forma de vida, por lo que el tiempo que le dedico es mi tiempo libre ya que tengo otras obligaciones. Asimismo, las redes sociales son un complemento a esa escritura, pero son muy demandantes y, cuando desapareces unos días, el algoritmo te penaliza. En cualquier caso, he aprendido a priorizar y no quiero sacrificar tiempo en familia, con mis amigos o tiempo para mí (por ejemplo, en el gimnasio) para dedicárselo a las redes sociales. Trato de aprovechar los ratos muertos, como el tiempo en el metro de camino al trabajo y acepto que hay días en los que no puedo llegar, y no pasa nada.
Para aquellos que aspiran a seguir tus pasos en el mundo de la escritura y la influencia en redes sociales, ¿qué consejos les darías para construir una marca personal sólida y auténtica?
Les diría que fueran fieles a ellos mismos. Suena a frase de una taza de Mr. Wonderful, pero es cierto. Cuando te fijas constantemente en qué hacen los demás, no tienes un perfil concreto y los lectores no van a saber qué esperar de ti. Una marca personal sólida tiene unos valores y unas metas y, aunque a veces puedas sorprender al usuario, el contenido que generes tiene que estar vinculado entre sí, tener coherencia y ser auténtico. Les diría también que fueran persistentes, que no desistan, que se adapten a las tendencias (como, por ejemplo, ahora, el vídeo es un formato con éxito) y, como siempre, que disfruten del camino.
Finalmente, mirando hacia el futuro, ¿qué proyectos emocionantes tienes en mente para continuar inspirando a tu comunidad y expandir tu presencia en línea?
Ahora mismo estoy trabajando en la segunda edición de mi novela, El verano que nos cambió, que espero que salga en verano. También estoy trabajando en otro libro, que da continuidad a mi primera novela y por el que me preguntan mucho. Tengo muchas ganas de darle forma y ver cómo reaccionan los lectores a este libro tan esperado. Y, por supuesto, seguir trabajando en redes sociales, probando nuevos formatos, como unos reels en Instagram, formados por tres de mis textos y narrados con la voz de Marta Berlín, que han quedado preciosos.